Miércoles, 12 Junio 2019
Cuando uno toma conciencia de la importancia que reporta a nuestro organismo a largo plazo el practicar algún tipo de ejercicio físico, una de las primeras incógnitas que nos surgen es ¿Cuál de las tres será la mejor: caminar, nadar o ir en bicicleta? Pues todo va a depender de que sea lo que queremos conseguir, ya que cada una de ellas nos ofrece beneficios diferentes.
Lo primero debe ser, someternos a una evaluación médica rutinaria para conocer el estado físico general y descartar algún tipo de impedimento de salud. Luego conversar con el especialista las expectativas que tenemos en mente, para así entre ambos establecer un plan que permita lograr tales objetivos según las capacidades individuales.
Para mejorar la flexibilidad nada mejor que caminar; una caminata diaria durante 30 minutos puede combatir la rigidez de los músculos, además de incrementar la amortiguación de las articulaciones de la cadera, rodillas y tobillos.
En caso que desees mejorar la capacidad respiratoria y el sistema cardiopulmonar, la natación es la respuesta, ya que es una de las prácticas de bajo impacto por excelencia que permite aumentar la resistencia física.
Por otra parte, si quieres conseguir fortalecimiento puedes optar por la bicicleta, incluso la estática que encontramos en los gimnasios y parques biosaludables, ya que nos ayudará a potenciar la fuerza y el tono muscular, lo cual nos permitirá realizar actividades rutinarias y al igual que las caminatas a proteger nuestras articulaciones.
Se puede decir además, que la práctica de cualquiera de estos ejercicios ofrece beneficios generales como por ejemplo: aumento en la sensación de bienestar mental y físico, mejora de nuestras capacidades motrices, dormir mejor y por ultimo pero no menos importante, contribuyen a mantener un peso saludable. Recuerda que la idea es sentirse bien, por lo tanto, debes hacerlo de forma moderada y sobretodo en un tiempo prolongado. Así que no lo dudes y al menos comienza a caminar más.
